lunes, 3 de mayo de 2010

¿De fábula?

¿Habrán escuchado la fábula de Juanito y el Lobo? Tanto amenazó Juanito con que el Lobo venía, que cuando llegó nadie le creyó. Así como en la vida política de nuestro país, sucede con el malo de la fábula. Hace no mucho, el malo que retornaba continuamente eran los 90, después fueron algunos individuos de los 90. Antes los fondos buitres, que ahora pagamos con reservas. La dictadura. Eterna dictadura. El duelo que nunca termina. La reconciliación social que no llega. Hoy el protervo que se aproxima, el que se opone, es el periodismo. El lobo que viene, una y otra vez.

Escuche como al pasar, decir a la presidente en un discurso “esos golpistas que piensan diferente quieren instalar un clima destituyente”. Vaya forma de enlazar en la misma frase una de las características de la República (tal es nuestra organización política) la libertad de expresión, con una de las características de los gobiernos de facto, la destitución.

En las Repúblicas, cualesquiera alrededor del globo, esta forma de gobierno garantiza el derecho al voto del electorado y así se constituye un estado legítimo y su soberanía. Quienes a su vez en la Constitución encuentran amparados sus derechos y las garantías que los avalan. Entre ellos encontramos por ejemplo:
Art. 14.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos (…) de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa;(…) de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.
Art. 32.- El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal.

¿Hacia dónde vamos? Si se pretende hacer un juicio ético y público a un grupo de periodistas porque no responden a la línea oficial. O quien lidera esta disparatada ocurrencia es una mujer de dudosa reputación ¿Es realmente el Lobo el peligro o la coexistencia del Estado acéfalo y su hambre de discurso único?

Me temo que se han apropiado de ciertas cuestiones, algunas de ellas que requieren entereza moral, criterio o muñeca política y sensibilidad social.

En mi opinión, la astucia para enriquecerse ilícitamente, la obsecuencia ideológica, la proliferación de frases jactanciosas, los ademanes evitistas, la polarización social, el asistencialismo en su máxima expresión y la insistencia en la profundización del modelo, son el equivalente de “ahí viene el Lobo”. Más de nada, sin credibilidad.
Si ellos son Juanito y el periodismo que los quiere devorar es el Lobo, pregunto ¿Quiénes son las ovejas?

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