martes, 13 de diciembre de 2011

Felicidades!!!


Navidad, navidad, llega navidad…la alegría de este día…me olvidé el resto de la letra. No importa, después la busco en Google.

La cuestión  es que estamos llegando a fin de año, por suerte en una sola pieza. Hubo momentos en los que pensaba que diciembre no llegaba más. Aunque llega de un día a la vez, pero una no es un lama tibetano y quiere todo ya. Literalmente. Quiero que termine el 2011 (hoy), que empiece enero (hoy), armar la pileta (hoy), irme de vacaciones (desde que volví de las anteriores). Así no se puede!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Al margen de la ansiedad porque termine este año y empiece el otro, supongo que todos tenemos cosas por las que agradecer. Otras que debemos reflexionar, alguna añoranza, buenos deseos y sanas envidias  (aunque está probado que no existen las sanas vamos a ponerlas igual en esta categoría).

Leyendo “Mujeres que corren con los lobos” de la Dra.  Pinkola Éstes,  un libro ¡Fantástico! que me obsequiaron 2(dos) colegas (C.D. y C.O.V), rescato un fragmento y me tomo el atrevimiento de copiarlo: “El anhelo aparece cuando una se da cuenta de que ha dedicado muy poco tiempo a la hoguera mística o a la ensoñación, y demasiado poco a la obra de su vida o a sus verdaderos amores”.

Ese anhelo o voluntad de querer hacer algo, no es más que el indicador de que no hacemos lo que en realidad nos satisface, nos agrada o nos completa como personas. Si bien el libro está destinado a las mujeres y al análisis del psiquismo femenino, creo que es propicio para aquellos hombres que no entienden a las mujeres “entusiastas”, “poderosas”,  incluso a la “mujer orquesta”, rol  que todas desempeñamos antes o después.

Los verdaderos amores de los que habla el fragmento, no siempre son amantes o hijos. Las pasiones que  mueven nuestra vida y nos realizan, pueden invariablemente ser ajenas a la raza humana. A veces la actividad más sencilla, como cultivar el jardín, tejer una bufanda, cocinar para agasajar a alguien, estudiar electricidad, o aprender a conducir un auto, tienen una carga emocional y espiritual que nos satisface o completa como personas. Esto es por nosotros y para nosotros.

Entonces en principio agradezco a las mujeres que me obsequiaron el libro, por permitirme valorarnos desde otro lugar.

La pareja, los amigos de los buenos, los posgrados, los viajes, la familia…todo llega en el justo momento en el que uno se siente preparado y dispuesto, ni antes ni después. Por lo que entre mis agradecimientos de este fin de año,  les agradezco a mis cuñados por darme otro sobrino. A mis amigos por permitirme participar de la vida de sus hijos (mis sobrinos). A  mis profesores, que no veían la hora de que termine el posgrado.  Al año que se va, por los aprendizajes que acopie, y porque es cierto, “no hay mal que por bien no venga”, como dice mi abuela. A mi marido que me tiene mucha paciencia. A la vida que es maravillosa, y es nuestra obra en progreso.

De modo que, por más que no podamos balancear la chequera, llevar la cuenta de los minutos perdidos esperando el colectivo o los suspiros que dejamos ir soñando despiertos(a los hombres también les pasa). Se nos complique para entender porque la quita de subsidios o porque todo sale más caro de lo que cuesta… Hagamos el balance espiritual. Siempre hay cosas positivas a nuestro alrededor, pequeños cambios, innovaciones que pasan desapercibidas. Si no me creen, les recuerdo que el mundo da una vuelta completa cada día, la luz del sol llega a la tierra en apenas 8(ocho) minutos y cada día de crecimiento de nuestros hijos es un día de aprendizajes atesorados. Así que a pesarse el alma sin temor, ella misma, vale su peso en oro.

Me despido hasta el 2012 con otra frase: “Aunque algunos preferirían que te comportaras mejor y no te subieras alegremente a los muebles, ni te echaras encima de la gente a modo de bienvenida, hazlo de todos modos” C. Pinkola Éstes extraído de “Mujeres que corren con los lobos”.

Feliz Navidad y un Próspero 2012.

Elizabeth