lunes, 26 de julio de 2010

Ingredientes

Nuestro país es una coctelera. En ella se agitan entre otros ingredientes:

El aumento de la recaudación, sumado a un aumento del déficit que impide la resolución de problemáticas sociales, por la ausencia de políticas de Estado.

Otro aumento, el de precios de comestibles (se estimó en un 25% para las verduras en el mercado central por lo que al consumidor le llega con un aumento más importante), también aumentaron las prepagas y se espera que los colegios privados lo hagan.

Empresas afines al gobierno continúan con la compra de productoras televisivas, si se me permite pensar mal, con el objeto de hacer doctrina.

Se manipulan organismos del Estado para fines turbios y presionar a jefes comunales, provinciales o empresarios. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en Santa Fe, donde los legisladores afines al gobierno nacional tienen bajada de línea “oficial” para frustrar los proyectos de la gobernación de Hermes Binner.

Hoy me enteré que en el mes de marzo la Ministra de Defensa firmo la “casi” desintegración de los Liceos Militares tal como los conocemos, para amoldarlos más a la vida democrática. La disciplina, verticalidad y sentido de formación con el que han sido creados está por llegar a su fin.

Incompetencia, corrupción, desacuerdos ideológicos, malversación de fondos provinciales…

Como dice un tango eterno de Enrique Santos Discépolo:

¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclao con Stravisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.

Aquí van mezclados, Chávez con Maradona, la Iglesia Católica con el Código Civil, la senilidad de Franco Macri con la SIDE, los intendentes del conurbano y la CGT, las democracias latinoamericanas y las declaraciones de guerra, la desnutrición de los niños del norte de nuestro país con las sumas millonarias que se desinvierten en educación o salud.
El cóctel puede considerarse explosivo. Si le añadimos la intolerancia y el agotamiento social, veremos en poco tiempo una sociedad apática lista para que se terminen de pulverizar los signos de criterio o pensamiento independiente y compromiso cívico o un estallido que deje consecuencias difíciles de sobre llevar.