sábado, 22 de mayo de 2010

25 de Mayo

Durante los festejos que conmemoran el 25 de mayo, y a los que por suerte asisten un sinnumero de compatriotas, no puedo evitar emocionarme al ver y escuchar el desfile de las distintas fuerzas militares de nuestra Nación y la música que las distingue. Creo que tienen valores significativos, como la defensa del ciudadano civil, el honor y el respeto por la autoridad, los cuales hoy se hacen muy necesarios en nuestra sociedad.
Pasaron 200 años desde la voluntad primera de independencia en estas tierras, y faltan seis para festejar el bicentenario de la consecución de esa voluntad. También hemos dejado atrás al presidente de la primera junta, dos secretarios y seis vocales, treinta y cuatro presidentes constitucionales y trece de facto. Además de varios planes económicos que terminaron en fracaso, reformas educativas en principio muy buenas, otras no tanto. Inmigraciones que nos señalaban como la tierra de la esperanza y el progreso, y una explosión industrialista que nos puso al frente del continente en el cono sur.
¿Recordaremos alguna vez que fuimos buenos? ¿qué tuvimos un ideal de grandeza? se habló mucho del bicentenario antes de que llegara, pero ¿interpretaremos realmente su significado? Nuestra memoria social debe salir fortalecida de esta celebración, hacer gala de nuestra grandeza histórica y no desestimar nuestras posibilidades a futuro, que deben trascender cualquier mandato de gobierno.
FELIZ 25 DE MAYO.
VIVA LA PATRIA!!!!!!!

lunes, 17 de mayo de 2010

Examen de ingreso versus ingreso irrestricto.

Creo, desde mi ignorancia claro, que nuestro país atraviesa una especie de monzón. No deja de llover. En realidad no dejan de llover causas judiciales; estadísticas pre-electorales; suposiciones a cerca de quien será el próximo jefe de Estado; reclamos de justicia de ciudadanos que han sido asaltados, golpeados, o familiares y allegados de víctimas fatales de algún delito (de esos que no existen); necesidades salariares; paros gremiales; insultos intra e interpatidarios; mamposterías de hospitales derruidos.

En medio de toda esta lluvia de situaciones críticas y molestas, estamos nosotros, parados en el ojo del huracán. Miles de jóvenes terminan cada año la escuela secundaria, en precarias condiciones para emprender la vida universitaria. Cuando me refiero a precariedad no hablo de escuelas rurales del Impenetrable, ni del interior de Formosa, el norte de Santa Fe o alguna localidad a 200 kilómetros de C.A.B.A. Hablo puntualmente de precariedad intelectual y de la desarticulación entre el nivel medio de educación y la universidad.

En este momento contamos con una nueva reforma educativa, ¿logrará o tratará al menos modular el egreso del secundario con el ingreso universitario?

Si tenemos en cuenta la gran oferta educativa a nivel superior que hay actualmente, tanto pública como privada, veremos que la necesidad de profesionales está en aumento. Pero ¿quienes ingresan a la universidad y en qué condiciones? ¿Cuánto nos cuesta a los contribuyentes que un alumno tarde entre 4 y 6 años hacer el ciclo básico de la UBA por ejemplo? ¿Por qué no tomar examen de ingreso y que tenga un lugar asegurado aquel que está en condiciones y se toma una carrera universitaria con la seriedad y la responsabilidad que amerita este tipo de emprendimientos? ¿Por qué se ven tan mal la excelencia y la exigencia académica?

Se le exige más y se espera más de un deportista que de un médico, un sociólogo, un abogado o un comunicador. Nos gusta mucho la competencia deportiva, pero a nivel competencia intelectual seguimos viendo la educación como una divisoria de aguas y no como la posibilidad de trascender o progresar social y culturalmente.
¿Acaso tomar un examen de ingreso nos hace menos democráticos? ¿Cuántos alumnos se gradúan de todos los que ingresan por año a todas las universidades? ¿Cuáles son las estadísticas oficiales? ¿Por qué no un examen de ingreso que nos exija llegar en mejores condiciones y que eleve de apoco la calidad académica del alumnado? Porque es en definitiva la de los futuros médicos, legistas, docentes, arquitectos que necesitaremos mañana.