lunes, 29 de noviembre de 2010

Participación ciudadana IV

El conglomerado social

Todo depende del cristal tras el que se vea….acerca de este tema (el conglomerado social/ la vida en sociedad), podríamos enumerar varios autores y explicar sus teorías, más el objetivo de tratar de comprender el conglomerado o realidad social y nuestra función en él, se aleja de la teoría para llevarnos a la práctica activa de la ciudadanía.
En el entramado social cada uno de nosotros es un nodo, no un nudo. Somos un vínculo con otros individuos, con otras realidades, saberes, expectativas, afectos y efectos heterogéneos. Madres, padres, hijos, trabajadores, estudiantes, emprendedores, abuelos, hermanos. Tenemos en simultáneo una serie de roles que cumplir, cada uno de ellos asociado a una necesidad en particular, a un fin último. Todos estos roles nos hacen parte de algo, de una verdad que de tan evidente pasa inadvertida:

Somos seres sociales.

Pero esa sociedad que necesitamos y que se nutre de nosotros, no puedeser todo “voluntad y afecto”, necesita de los límites de la razón.


Recuerdo estar estudiando, preparaba un final de Filosofía Política sobre John Locke (1632-1704) y me han quedado grabadas tres características de su teoría:


a) La verdadera fuente de progreso será la razón.
b) Cuando el hombre sea libre e instruido podrá construir el paraíso.
c) Los hombres son naturalmente buenos, pero la sociedad no puede existir sin gobierno, por lo tanto sin poderes ni soberanía política.

¿Qué somos nosotros aislados de la sociedad o al margen de las leyes que permiten la convivencia y garantizan nuestros derechos?

La educación individual, nuestras preferencias, el núcleo socio-familiar y los esfuerzos personales, nos diferencian a unos de otros. La igualdad como tal no existe, lo que si nos consta es la intención de proveernos de circunstancias que permitirían que accediéramos a determinados beneficios.
Distintas problemáticas de la cultura, la salud o la economía nos afectan, alterando cualquier posibilidad de igualdad. El mérito académico, denostado en estos días, marca la imposibilidad de conformidad o igualitarismo, pero abre la puerta a las potencialidades individuales y a la cooperación y solidaridad, para que el alumno con ventajas intelectuales colabore voluntariamente con el que presenta dificultades.

Para ejemplificar un poco más: pagar nuestros impuestos con puntualidad, tener el auto asegurado, concurrir a los comicios electorales, mantenerse actualizado en materia de información cotidiana, son parte de una realidad común. Cada uno imprimirá sus propias características de acuerdo al bagaje emocional, cultural e intelectual que posea.


La participación en la vida cívica evita el aislamiento, nos hace buenos ciudadanos, gozamos de derechos y contraemos compromisos que son necesarios para seguir formando parte activa de la vida social.

La sociedad está bien ordenada cuando

los ciudadanos obedecen a los magistrados

y los magistrados a las leyes.

Solon de Atenas( 640 a.C. - 560 a.C.-aprox-)

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